lunes, 5 de diciembre de 2011

La Premier sin Speed: recuerdo y fútbol

No fue un fin de semana más en el fútbol británico. La Premier, en sus distintos estadios, se vio obligada al tributo. Demasiado prematuro, siempre merecido. En lugar de un silencio ruidoso las gradas se volcaron en un aplauso agradecido. Por uno de los suyos. Su alcance es global. Gary Speed dejó lo mejor de sí en esos campos. Lo que le valió estar en el equipo ideal de 1993 o ser, en la celebración de 10 años de Premier (1992-2002), el de mayor suma de partidos, 352. Luego sería el primero en alcanzar los 500 encuentros. Todos los estadios le despidieron. En Leeds, Newcastle, Blackburn, Manchester, Wigan, Wolverhampton o Londres. En Birmigham, donde Giggs inclinaba la cabeza, y en Liverpool, con el padre de Speed, Roger, recibiendo el calor de Goodison Park. La primera jornada de Premier sin uno de sus ilustres dejó el homenaje. El contexto es obligado, pero no paralizante. El fútbol continuó su curso y dejó, ya en el césped, varios nombres propios:

Phil Jones, el mediocampista. Una aparición tremenda en esta temporada. El acierto de sir Alex trayéndolo del Blackburn es indudable, y sus prestaciones ya hacen ver con buenos ojos su coste. Desde el central, empieza a asumir un papel de mediocentro, cosa que le era familiar en Ewood Park. Su versatilidad se mantiene y se confirma. Debutó con Inglaterra en octubre y ya contra España se situó en el centro del campo. Y en el United se está asentando ahí. Más adelantando, el área rival es zona de aproximación. Así, ante el Aston Villa anotó su primer gol como diablo rojo, en una llegada desde atrás en la que, con el interior y de primeras, conectó un envío de Nani. El infortunio de hace dos semanas, cuando marcó en propia meta ante el Benfica, también quedará atrás.

Yakubu saca un póquer. Un clásico de los campos ingleses, el nigeriano marcó los cuatro goles de su equipo, el Blackburn, para vencer en el duelo ante el Swansea (4-2). Y con esa cantidad hubo variedad. Dos tantos fueron de remate oportuno en el área, otro de preciso disparo a la escuadra y el último de penalti, con serenidad. Pero para Yakubu no se trata de algo inédito. En la 2003-04, con el Portsmouth, ya logró un póquer. Es su primer año en Ewood, y su entrada parece resultar ideal. En su debut, anotó dos goles que ayudaron a derrotar al Arsenal (4-3). Fue el Man of the Match.

Tim Krul, hacia la confirmación. Se debate cuál es el mejor portero de la Premier y en la reflexión salen Joe Hart y Tim Krul. El holandés, como en un test intensivo, debió ofrecer lo mejor de sí mismo ante el Chelsea, y aún así fue víctima de tres goles. Las paradas en su partido número 50 con el Newcastle fueron múltiples. A Lampard le desvió un penalti y a Sturridge le amargó en casi la totalidad del encuentro. El 0-3, con resarcimiento final del propio Sturridge, podrá dejar una estadística ingrata, que superpone tres minutos de impotencia a 89 de brillantez. Pero su crédito se consolida. Ya internacional holandés, 2011 le está lanzando.

Bale y el primer palo. Bajo esa relación vinieron dos de los tres goles con los que el Tottenham goleó al Bolton. En el córner del 1-0, el galés atacó el balón casi con la espuela izquierda y superó a Jaaskelainen. En el 3-0, peinó un balón para el remate final, prácticamente bajo palos, de Defoe. Un movimiento de doble resultado. Y mientras, un Bale que era un filo por su banda. Una maquinaria de potencia y técnica imparable. Una de las alas, junto a Lennon, de un equipo que cuando ataca vuela.

Steven Taylor, rescatador. Ganaba 0-1 el Sunderland ante el Wolves, y un penalti increíble amenazaba con cerrar el partido. Increíble por la lamentable simulación de Larsson y por la credulidad del árbitro. Pero el mismo Larsson vería detenido su disparo por el bueno de Hennessey. Entonces, llegó un giro concentrado en 26 segundos. Blocado el balón del penalti, el portero sacó en largo, controló Taylor y cedió la pelota a un compañero. El delantero corrió y al instante ya esperaba al remate. El centro lo cabeceó a gol. Y al poco repitió: balón suelto en el área y golpeo de primeras, junto a un palo. Dos toques, sin más. Transparente gloria, no fingida, para el goleador del equipo en la 2010-11.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

El once más original de Ferguson

Cuando salió la lista de jugadores que formaban el once del Manchester United ante el Leeds en la Carling Cup la alineación se adivinó como un puzle sin empezar. Sabes qué piezas tienes pero aún no dónde deberás colocarlas para formar el dibujo correcto. La escasez de jugadores defensivos y la acumulación de los ofensivos desconcertaron en los momentos previos. Un aliciente regalado para los curiosos en un partido de por sí atrayente. Un Leeds-United evoca a partido importante, y con el recuerdo todavía de la victoria del Leeds 0-1 en Old Trafford en una tarde copera en enero de 2010. Pero la táctica, y dentro de ella el posicionamiento de cada uno de los jugadores, era la cuestión abierta.

Con el balón ya rodando se vio la adaptación. Valencia, extremo, se retrasaba al lateral. Carrick, mediocentro, acompañaba en el centro de la defensa al joven Fryers y en ataque hasta cuatro delanteros se distribuían a lo ancho del ataque. Un 4-2-4 con Diouf y Macheda abiertos, Berbatov enlazando y Owen listo para finalizar.

Man United (vs Leeds United. Carling Cup, 20 septiembre 2011): Amos; Valencia, Carrick, Fryers, Fabio; Park, Giggs; Diouf, Berbatov, Owen y Macheda.

Dominó el United contra pronóstico, ya que estrecho en el medio se podía pensar en un Leeds que dominara la pelota aunque luego los de Ferguson pudieran dominar las áreas. Y de ahí, el marcador. Pero el Leeds decepcionó, la verdad. Inferior de nivel, no igualó la desventaja mediante la intensidad. Se mostró poco combativo. Apretó poco y dejó jugar demasiado al United. Giggs, Park, Owen, Berbatov... Entraban, se movían y tocaban, y el equipo se sentía cómodo. En Diouf se notaba su naturaleza de ariete con sus muchas diagonales hacia dentro, dejando en esos casos el costado para las subidas de Valencia o las permutaciones de Park u Owen. También se le vio atento en las ayudas defensivas. Mientras, Macheda se quedó más fijo en su costado, maniobrando desde allí. Sin grandes alardes ni grandes demostraciones individuales el United marcaba el paso ante un destemplado Leeds, sólo capaz de poder inquietar mediante el balón parado. Eso sí, dentro del tono cómodo destacó la actividad de Park o la resolución de Owen, con dos goles, el segundo magnífico, y una asistencia a Valencia que rozó un nuevo tanto. Un presencia ofensiva de la que careció Berbatov. Pareció cómodo en su papel de enganche, retrasándose para recibir y jugar de cara pero ausente en funciones rematadoras.

El once de Carling sorprendió y desorientó, y sin duda hizo recordar un precedente no muy lejano y similar por lo atípico aunque en sentido contrario. Del carácter ofensivo en Leeds al acorazado defensivo que presentó el Manchester United en FA Cup, en el mismo Old Trafford, ante el Arsenal (2-0). Hasta siete jugadores defensivos frente a los dos únicos defensas natos de anoche. Onces, ambos, bastante heterodoxos.

Man United (vs Arsenal. FA Cup, 12 marzo 2011): Van der Sar; Brown, Smalling, Vidic, Evra; Rafael, Gibson, O'Shea, Fabio; Chicharito y Rooney.

Con 0-3 al descanso, rubricado por la zurda de Giggs, la segunda mitad se redujo a minutos de inventario. El debut del prometedor medio Pogba y que Owen completara un hat-trick quedaron entonces como únicos puntos de interés para el resto del partido. Owen acarició el objetivo con un gran quiebro en el área y un golpeo suave y colocado que rozó el palo. Mientras, Pogba asomaba en el medio junto a Park luciendo su imponente físico y su golpeo con la derecha mediante diversos desplazamientos en largo. Un plácido estreno para el francés.

Pero la última sorpresa, y seguramente imagen icónica de la originalidad del United de anoche, llegó antes del final. Con los tres cambios realizados, el central Fryers sintió molestias físicas y debido a ello se retiró antes de tiempo. Era lógico, precaución para no agravar la dolencia con la ayuda de un resultado amplio y un final de partido próximo. Jugar con 10 merecía la pena por conservar el estado físico del chaval. Pero en lugar de cerrar con tres defensas, Ferguson decidió mantener la línea de cuatro y para ello reinventó como central zurdo al mismísimo Berbatov. Fue el recurso final de la noche. Una defensa formada por Valencia, Carrick, Berbatov y Fabio, la imagen de cierre. La versatilidad extrema ofrecida por el imaginario de Ferguson.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Paso uno, quedan 37

La expectativa en Argentina por el debut de River Plate en la B Nacional seguro que resultaba mayor que para muchos otros partidos del Apertura. Normal ese trato preferencial para un club enorme en una vicisitud singularísima. Finalmente en El Monumental, ante Chacarita, arrancó la nueva etapa llevada por Almeyda desde el banquillo.

Con mucho interés me preparé para el partido, para estar presente en el inicio de esa travesía. Anotados los dos onces, me puse a buscar la retransmisión online. Y con éxito al primer intento. Todavía con varios minutos para comezar, la TV Pública argentina ofrecía el final del Lanús-Independiente. Llegué en el momento preciso para ver, en el tiempo añadido, cómo Pavone marcaba el único tanto del partido para Lanús. Gol y victoria. Justo a la espera del arranque de River en Segunda asomaba como protagonista uno de los miembros del descenso millonario.

Así llegó al fin el inicio del partido, con un cielo lluvioso y un césped caprichoso con los jugadores, mojado hasta el resbalón. Se presentaba River con los regresos de Domínguez y Cavenaghi, más el estreno de los jóvenes Ocampos y Abecasis. Y no tardó el equipo en encontrar ese rasgo común para esta temporada. La pugna. Equipos rivales que aprietan en el medio y atascan tus intenciones. Ante un Chacarita más pausado con la pelota, dándole paseos sobre el campo, River anteponía un ejercicio más vertical con transiciones rápidas. Ahí aparecía Carlos Sánchez, buscando caminos interiores o quedándose en la derecha, con un pie derecho funcionando como un surtidor abierto de centros. Y en uno de ellos, fenomenalmente curvado, Díaz se elevó bien para cabecear mejor. Anotaba River a los seis minutos de su estrenada historia en B Nacional.

De la pelea constante se destacó un inagotable Aguirre. Siempre dispuesto a presionar, a robar, a sumar metros y metros sin preguntar mientras una pelota no sea de su propiedad. Jugar es otra faceta, que en su caso no practica con tanto valor. No importa cuando dispones del Chori Domínguez. Clarividente, atinado y hábil, se bautizó en su regreso con participación y desequilibrio. Rozó el gol y dio asociación a su equipo. Gol es palabra de Cavenaghi, de discreto debut. Otro día irá mejor. Es entonces cuando ya se puede definir una posible estructura de funcionamiento en el equipo. Cuatro nombres para tareas distintas y complementarias. Robo y presión, desborde y atrevimiento, asociación y sutilidad y contundencia y gol. Recuperación, juego, pase y definición.

Buscó respuesta Chacarita, con minutos en el segundo tiempo de mando, pero la presión generalizada sobre el rival llevó a la imprecisión final. River ganó por la mínima, el primer paso de un camino que aún requiere otros treinta y siete. Parecen muchos, y la impaciencia por dejarlos atrás no debe llevar a querer llegar a la meta sin antes atravesar el recorrido.

sábado, 13 de agosto de 2011

Jardim, técnico en ascensión

En este fin de semana da comienzo la Liga Sagres portuguesa, tras el anticipo de la Supertaça. De hecho, el balón ya rodó ayer con el empate a dos en el inaugural Gil Vicente-Benfica. Se trata de un campeonato que presenta el inicio de una nueva etapa entre los cuatro clubes más potentes, Oporto, Benfica, Sporting de Portugal y Sporting de Braga. Todos ellos, menos el Benfica, con cambio de entrenador. Y quiero detenerme en Braga, ante la figura de su técnico Leonardo Jardim que presenta una carrera aún breve en el tiempo pero rica en logros y experiencias que merecen ser expuestas.

El técnico, actualmente de sólo 37 años, inició su camino triunfal en 2008 cuando se hizo cargo del GD Chaves, previa experiencia en el AD Camacha, en el último tramo de la temporada 2007-08 en Tercera División. Entonces el equipo quedó en cuarto lugar, rozando el ascenso. Jardim continuó, y con la opción ya de planificar y sin la urgencia anterior, el Chaves firmó una temporada de brillo en la 2008-09. El Chaves logró el ascenso, objetivo primordial, pero además soñó en la Copa rompiendo pronósticos. Alcanzó la final, perdida ante el Oporto, pero el mero hecho de llegar a esa fase fue por sí mismo un acontecimiento extraordinario.

Tras la hazaña, sus pasos le llevaron a otro proyecto, el del Beira-Mar 2009-10. El de Madeira reafirmó sus éxitos y en su primera temporada llevó al equipo hasta la máxima categoría nacional. Segundo ascenso consecutivo con dos equipos distintos. Y mientras no se debe olvidar su juventud. Debutante en Primera, la temporada pasada llevó a una cómoda permanencia al equipo. Después de no cerrarse su renovación con el club, Jardim tomó una decisión muy personal y atípica. A falta de dos meses para el final de temporada, sin la renovación producida y con el equipo cómodamente instalado en mitad de tabla, decidió dar por concluida su etapa en el Beira-Mar con efecto inmediato. "Me marcho para que tanto el club como yo podamos planificar nuestros futuros". Fue una salida precipitada tras una labor innegable.

Surgieron informaciones que señalaban un Oporto interesado en Jardim. Significativo el interés para suceder a Villas-Boas y su altísimo listón. Eso nos haría pensar en la probada capacidad y la alta confianza que ya despierta este técnico. Al final, su siguiente paso le ha llevado al Sporting de Braga. Un club, igualmente, de exigencia, y quien fuera subcampeón liguero 2010 y en la 2010-11 participante de la Champions, finalista de la Europa League y cuarto clasificado en la Liga Sagres, sólo por detrás de los tres históricos. Jardim conoce a qué se aspira, y recoge el compromiso. "Debemos estar entre los cuatro primero en intentar lograr un título". Para su llegada a Braga contará de inicio con un buen conocido, el medio al que ha traído del Baira-Mar Djalma (no confundir con otro Djalma, el angoleño del Oporto también fichaje de este verano).

Sin saltos o atajos, sin movimientos bruscos pero con pasos constantes y marcha firme. Jardim camina con una progresión constante. Tercera, Segunda y Primera. Y en Primera, de alcanzar una permanencia a competir en la cima de la tabla. Una ascensión continua.

lunes, 8 de agosto de 2011

Lorient, el valor del colectivo en París

Este fin de semana ha dado para mucho en el fútbol internacional. Se han vivido los inicios de Bundesliga, Eredivisie o Ligue 1. Y las Supercopas cuyo cartel presentaban superderbis con el ManCity-ManU en Inglaterra o el milanés Milan-Inter en Pekín. Material variado y con la seriedad que ya aporta la competición. Pero si algo ha llamado la atención y parece de especial notoriedad ha sido el tropiezo en Francia del PSG, el equipo más mediático de las últimas semanas, en manos del Lorient de Christian Gourcuff.

La inyección de dinero qatarí presentaba al PSG como próximo gran punto de referencia en el fútbol galo. Más aún cuando se conoció la contratación de Pastore. Con la expectación como sentimiento predominante, el PSG iniciaba su temporada en casa ante el Lorient. Un Lorient ya sin el talento de Gameiro y Amalfitano, ambos traspasados. En ese contraste de los equipos el Lorient parecería una víctima propiciatoria para la presentación en sociedad de la que pretende ser nueva fuerza francesa. Pero saltó la bomba que desfiguró los pronósticos, y los de Gourcuff tomaron el Parque de los Príncipes ganando el duelo 0-1.

Cuando se conoce el resultado uno puede quedar desorientado, pero cuando se visiona el partido se encuentra la razón de ser del desenlace. Desde el primer instante, sin opción a la duda, el Lorient se presentó valiente, intenso y con criterio. Buscando la presión arriba, en todo el campo, y disfrutando con la pelota. Toque rápido y movimiento, un dinamismo que llevó al PSG a la impotencia. El Lorient mandaba en el partido con una primera mitad modélica y el PSG desconocía los recursos necesarios para solventar esa complicación. Hoarau era la referencia muchas veces buscada, y sin funcionamiento colectivo todo dependía de la clase de Nené y su compenetración con Gameiro, sin duda lo más esperanzador en los parisinos en la noche del sábado. Además, la entrada de Pastore será fundamental para alcanzar esa ausencia de ideas en el desarrollo del juego.

"La suma de individualidades no hacen un equipo. Nuestra idea es imponer el colectivo, que el conjunto sea lo que permita el desarrollo de los individuos". La determinada concepción del fútbol de Christian Gourcuff resulta muy precisa. No sólo de aplicación propia sino de mensaje abierto al oponente. Incluso tras el descanso, cuando el PSG empujó más agarrado al corazón y la necesidad, el Lorient mantuvo su disciplina y su unión. Actuar como equipo, en defensa y en ataque. Eso mostró el Lorient, eso en lo que cree su técnico. Y para incrementar el valor, el Lorient acentúa la tendencia de los últimos años en París. 4 victorias del equipo bajo la dirección Gourcuff en los últimos seis partidos en el Parque de los Príncipes.

2006-07 PSG 2-3 Lorient (05/08/2006)
2007-08 PSG 1-3 Lorient (15/08/2007)
2008-09 PSG 3-2 Lorient (18/10/2008)
2009-10 PSG 0-3 Lorient (06/02/2010)
2010-11 PSG 0-0 Lorient (02/04/2011)
2011-12 PSG 0-1 Lorient (06/08/2011)

Era un inicio complicado además por los retos propios, en donde hacer frente a las pérdidas de Gameiro y Amalfitano, el gol con uno y el talento con ambos hasta ahora del equipo. De momento, el fenomenal Gourcuff ha brillado junto a su equipo en la primera prueba sin ellos. La consistencia minimiza carencias, y cuando un equipo se comporta como tal, cuando cree en la importancia de ello, los recursos van más allá de las individualidades.

martes, 26 de julio de 2011

La AFA adultera su fútbol

La idea de una nueva categoría en el fútbol argentino la pudimos conocer por vez primera el pasado 13 de julio en Revista Veintitrés (enlace). La propuesta en sí misma me produjo rechazo, por exagerada e interesada (salvar a River Plate de la B). Como cuenta el artículo, la intención de origen enunciaba que "el certamen tendrá 40 equipos, los 20 de Primera y los 20 del Nacional. River, así, no pierde la categoría". Para que lo último ocurriera se necesitaba una aplicación inmediata. "Si bien la A y la B ya tienen fecha, el fin de semana del 7 de agosto, si los pasos se aceleran quizás el nuevo campeonato podría comenzar una semana más tarde".

Es ahora cuando ese borrador, con algún matiz, torna en realidad por decisión ampliamente favorable de la AFA. Esa categoría fusionada verá la luz finalmente en la temporada 2012-13. Una decisión excéntrica en las formas e intervencionista en el fondo. Con ello, se asegura virtualmente el regreso de River a la máxima categoría y, de paso, se libran a otros grandes como Boca Juniors de unos apuros que sufrirían por sus actuales promedios. Una manera frívola de actuar en donde la AFA adultera su propio fútbol y resta credibilidad a su sistema. Este es el último episodio de una trayectoria que confirma los injustos condicionantes que han ido favoreciendo a los clubes más grandes de Argentina.

- Promedios. Aplicados por vez primera a finales de los 50, fueron recuperados en 1983. Precisamente, en 1981, San Lorenzo, uno de los grandes, descendió. Además, River Plate también habría descendido de no haberse reinstaurado el sistema de promedios. Tomando el sistema los resultados de las últimas tres campañas, es altamente difícil que uno de los grandes caiga al descenso.

- Promociones. Instauradas en la temporada 1999-00, el reglamento da ventaja al equipo de Primera que intenta la permanencia frente al de Segunda que trata de ascender. Mediante la conocida como Ventaja deportiva al equipo de superior categoría le basta con alcanzar un empate en el resultado global. Al de Segunda sólo le vale ganar.

- Fusión Primera y B Nacional. Es el último ajuste, del que nos informan en las últimas horas. Desde agosto de 2012 habrá un nuevo campeonato de 38 equipos (20 de Primera, 16 de B Nacional, el campeón de la Primera B y el campeón del Argentino A). Una medida de amplio apoyo dentro de la AFA, y que ante el nuevo esceneario estrenará además la señal AFA TV. Con esta fusión de categorías, se asegura prácticamente que River no pase más de un año en Segunda y se elimina el riesgo de descenso que grandes como Boca, San Lorenzo y Racing podían correr por sus irregulares resultados. Ninguno temerá ahora correr la misma suerte que River.

Ha habido una sucesión de variables y condicionantes siempre pensados para privilegiar a los grandes, formando un sistema desigual e injusto donde los errores no se pagan de igual manera. Donde los grandes (o lo menos pequeños en caso de las Promociones) tienen ventaja previa. Una actuación así sólo puede infravalorar la estructura y la credibilidad del fútbol argentino. Cambios a medida, a la carta. Prevalece el oportunismo y los intereses provocando una forma de competición basada en la injusticia.

Nota. Julio Grondona es presidente de la AFA desde 1979.

domingo, 24 de julio de 2011

El reencuentro triunfal de Fährmann

Fue su noche y difícilmente le pudo ir mejor. Actuó decisivamente para la consecución de un título, lo hizo bajo sus nuevos palos y sobre su nuevo césped. Y sin embargo, son viejos conocidos. Y lo hizo parando el caudal creativo y ofensivo del gran rival. Del, además, campeón alemán, el Borussia Dortmund. Fue su momento, el primer paso de Ralf Fährmann para consolidar en número 1 vacante con la salida de Neuer del Schalke y que ahora le pertenece.

Ese reto y responsabilidad está asumido. Inevitablemente, las semanas previas a la competición ofrecen la comparativa entre ambos porteros, la capacidad del sustituto de ocupar el vacío de uno de los nombres propios del equipo hasta hace escaso tiempo. Neuer partió hacia el Bayern y en Gelsenkirchen recordaron a un joven guardameta. Ralf formó parte de la cantera del Schalke, llegándole el momento de debutar con el primer equipo en 2008, nada más y nada menos que ante el mismo Dortmund en el Westfalen. Un partido recordado por el impacto del resultado, un 3-3 que previamente fue un 1-3. Más adelante, Fährmann terminó saliendo del club. Marchó en 2009 hasta Frankfurt, hacia el Eintracht con un contrato hasta 2012. No pudo cumplirlo en toda su extensión. Este año le reclamaron, una segunda oportunidad brindada para triunfar en donde había salido.

Nada más empezar, en casa, tocaba el Dortmund. En su reestreno, como la primera vez, tendría que guardar su portería frente a los delanteros rivales y el peso de la rivalidad. Rodeado de su propia grada, expectante. Y el partido tuvo una senda nada sorpresiva. El Dortmund jugaba más y mejor, y mientras el Schalke se veía acotado a contragolpes el Dortmund disfrutaba de ocasiones suficientes para decantar el partido. Una vez lo evitó el palo, pero otras muchas fue Fährmann quien no dejó abierta ninguna opción. Intervenciones variadas, todas acertadas. Hasta el punto de, obviada la prórroga, responder de nuevo en la tanda de penaltis. Dos paradas negaron al Dortmund el título y el Schalke de Rangnick sumó otro trofeo tras la pasada Copa. Ya, definitivamente, Fährmann era el nombre de la final, el primer personaje del fútbol alemán en este nuevo curso.

Fue repasando su actuación cuando me acordé de algo más. De la última jornada de la pasada Bundesliga, en donde un Dortmund ya campeón cerraba la temporada en su campo ante un Eintracht al límite y finalmente descendido. Un 3-1 sin historia aparente, pero sí real con la perspectiva del tiempo. Ahí Fährmann, titular en el último tercio de temporada, no pasó desapercibido gracias a dos penaltis detenidos. Como ayer. Contra el Dortmund, como ayer. Y no está mal señalar cómo antes, cuando Fährmann no era titular habitual en los primeros meses, sí jugó en la primera vuelta ante el Dortmund.

Aún tiene 22 años. Y la suerte que no todos tienen de regresar al lugar de origen y demostrar, quizá en un momento más adecuado, hasta qué punto alcanza su valía. Un comienzo prometedor ante un Dortmund empeñado, ya vemos, en cruzarse en su todavía escueta trayectoria.

lunes, 11 de julio de 2011

El fútbol se reabre en Ucrania

Miramos a julio y no nos encontramos con un mes de descanso, de paréntesis. Es de hecho un mes puente, con una temporada que sale conforme la siguiente entra. Campos y latitudes enlazados por un balón. En donde Sudamerica busca campeón absoluto mientras México abraza a sus campeones mundiales Sub-17. Y en donde Europa da sus primeros pasos y nos ofrece la puesta en marcha del fútbol del Este. Hablaríamos de Eslovenia, pero sobre todo hablamos de Ucrania. Allí se celebró la Supercopa la pasada semana con el gran clásico ucranio entre Dinamo de Kiev y Shakhtar Donetsk. Ahí ganaron los de Kiev, aprovechando al máximo sus ocasiones y, eso sí, bordeando la caída durante muchos minutos. A merced de un Shakhtar dominador, ofensivo y, también es cierto, sin tino para finalizar, el Dinamo aguantó como pudo hasta encontrar un contraataque concluyente. Fuera las formas, no por carecer de importancia sino por ser sólo la primera toma de contacto, el Dinamo pudo sentir cierta satisfacción ante el equipo que en Ucrania le quita el foco. Y así nos encontramos con el arranque liguero.

El domingo a las 18,00h, media hora antes que el Dinamo, se estrenó en casa el vigente campeón. Lo hacía ante el Obolon de Kiev, y las connotaciones del partido lo hacían ciertamente interesante. El Obolon les había ganado los dos duelos la temporada pasada (1-0 y 0-1) y ello añadía valor al partido, con un deseo de resarcirse que no ocultaron desde Donetsk. Y lo hicieron llenos de contundencia con un 4-0. Muy apropiado para abrir la cuenta resultó el ariete Seleznev, fichaje procedente del Dnipro con el que fue máximo goleador del campeonato. Lo hizo libre de marca tras una jugada lanzada por Srna hacia Fernandinho, quien se incorporó por banda para centrar con precisión. Quedaría para la segunda parte el resto de tantos. Con un banquillo de máxima productividad, los tres sustitutos fueron los goleadores restantes. Primero anotaría Dentinho, el debutante de la tarde. Asignado mejor jugador del partido del Shakhtar, el ex del Corinthians recibió por la izquierda y ajustó suave su disparo. Luego Mkhitaryan y Luiz Adriano redondearían el estreno.

Por otro lado y treinta minutos mediante jugaban Dinamo de Kiev y Metalist. No era poca cosa, con el segundo y tercer clasificado del curso pasado. Con la baja de un Haruna que ya debutó en la Supercopa el equipo incorporó a Shevchenko en ataque. Y el comienzo fue sobresaltado. Los centrales del Dinamo dudaron ante un balón frontal y ello acabó con un despeje desacertado de Yussuf al lateral. Ahí recogió Cleiton Xavier, el 10 visitante, y centró al área. Un remate defectuoso le hizo llegar de nuevo el balón y, a la espalda de Danilo, abrió el marcador. Se vio entonces a un Dinamo decidido ante el contratiempo. Ofensivo e insistente, acumuló llegadas y ocasiones, incluyendo en su repertorio lanzamientos de media distantancia. Lo probó Shevchenko con un lanzamiento colocado y suave que rozó el palo. Y lo tendría cuando Gusev se coló hacia dentro, chutó y al guardameta visitante se le escapó el balón. Entonces Shevchenko acudió al balón para remacharlo sobre la línea. La igualada temprana y la inercia del juego hacían preveer la victoria local. No llegó por la puntería. Pocas noticias habían del Metalist, quien se agrupaba bastante en torno a su área dejándose sólo ver a Cleiton Xavier en acciones aisladas. Gusev, Milevskiy... El gol se resistía y el portero Disljenkovic intervenía una y otra vez para enmendar su anterior error. Su acción estelar, en la segunda parte, fue atrapar un cabezazo de Gusev con una espléndida estirada. Shevchenko disparó raso y cruzado topándose con el poste, y Eremenko probaba un par de veces el tiro desde fuera. El segundo intento, en el descuento, estampándose el balón en la escuadra.

El Dinamo fue mejor, mereció más pero empató. No fue su día, y la clarividencia en el gol quedó reservada para el Shakhtar, primeros líderes gracias a su goleada. El balón ya rueda y la pugna ucrania ya está abierta.

sábado, 2 de julio de 2011

Una Argentina perdida

Se esperaba con mucha curiosidad el estreno de Argentina en la pasada madrugada (horario español). No sólo por tratarse de la anfitriona, que de por sí ya lleva una exigencia extra, sino por tratarse de quien es, un referente futbolístico mundial ahora en proceso de reencuentro. Acabada la inconsistente etapa con Diego Armando Maradona, Argentina abrió un nuevo ciclo con el Checho Batista. La ilusión ante el cambio suele ser automática, y si viene a ocupar el banquillo el último técnico con triunfo nacional (Oro olímpico en 2008) las esperanzas surgen. Así se presentaba Argentina, buscando su grandeza y pareciendo encontrarla en el sensacional partido contra España (4-1), o las victorias ante Brasil y Portugal. Pero en el estreno de ayer reaparecieron una escasez de recursos que se pensaban olvidados.

El partido marcó desde el inicio, sin opción de duda, el papel de ambos equipos. Era Argentina la que quería la pelota y llevar la iniciativa, mientras Bolivia aplicaba el orden táctico deseado por su técnico Gustavo Quinteros. El juego de la albiceleste resultaba demasiado previsible. Se vieron varios problemas: poco juego asociativo, lentitud en la circulación y unos jugadores estáticos que no favorecían el dinamismo y la sorpresa. Con ello, Bolivia se defendía con perfecto resultado gracias al trabajo colectivo y las ayudas constantes. Ni la debilidad de Gutiérrez en el lateral zurdo ni los numerosos saques de esquina solucionaron el atasco argentino. De esa monotonía quiso salirse Messi, con una evidente motivación. Era el único que aceleraba el juego, atacando o dirigiendo, buscando el desborde sin renunciar a la asistencia. No resultó suficiente, y con una Bolivia segura de su plantemiento tocó el tiempo de descanso.

Las opciones para reflotar a Argentina parecía que pasaban por la entrada de Pastore, para poder enriquecer el juego asociativo y ganar los compañeros un socio. El cambio fue sin embargo la entrada de Di María por Cambiasso. Debatible cambio, porque si el partido se desarrollaba desde la posesión local, ¿por qué renunciar a Cambiasso y no a Mascherano? Con el movimiento hecho, eliminabas toque y sumabas talento individual. Más que retocar el plan expuesto, se sustituía. Y tras la bomba del gol boliviano al reinicio, Batista insistió con el mensaje. Se marchó Lavezzi y entró el Kun. Suma de atacantes como solución, resignarse al juego y empujar hasta el gol. Kun, eléctrico firmó un extraordianrio gol para salvar al menos el empate, un violento voleón sin opción de respuesta de Arias.

Queda una Argentina en la que tocaría reflexionar más allá del decepcionante resultado. Su comportamiento y las medidas de Batista desconciertan. Reunión de atacantes, soluciones individuales, un mediocampo despoblado y un Messi obligado a retrasarse demasiado y multiplicarse en tareas hasta el punto de que su figura se reduce. Una parálisis en Argentina, como anclada en su pasado más reciente. Con esas características, lo malo ya no es que Argentina se parezca poco al Barça, como desea el seleccionador, sino que recuerda demasiado al equipo de Maradona. Un año después, Argentina recae en sus defectos.

domingo, 26 de junio de 2011

River se vuelve una lágrima

El desconcierto invade los minutos posteriores al partido. La ira y la desesperación alimentan las entrañas del aficionado común, y empujan a una batalla a los más violentos. Los últimos no se van, el acceso a los vestuarios está comprometido, y el Monumental en sus afueras es un caos. Se quiere venganza y se encuentra vergüenza por la amenaza de los salvajes. Se buscan razones deportivas y se encuentra vergüenza por el descenso. Una historia de disturbios que antes fue una de fútbol.

La de un River Plate necesitado de dos goles de margen no para su gloria, como tantas veces, sino para su supervivencia, como ninguna otra vez. Un River que denota pasión y empuja al comienzo. Pero la caída amenaza cuando tras una falta lateral marca Belgrano, aunque es anulado por fuera de juego. Y entonces el resurgimiento se insinúa, cuando Pavone baja un balón largo y ajusta el balón junto al palo a los 5 minutos de partido. Muchos minutos por jugar que permiten ver a un River atascado por su necesidad. Los balones largos desde el fondo proliferan, una línea recta hacía los puntas que no hace más que acercar los despejes de la zaga de Belgrano. De ese trazo intenta salirse Lamela, pero los balones que recoge son demasiado lejanos al área contraria, y así su habilidad está en inferioridad antes unos rivales que se cruzan y se cierran.

A pesar de ello, a la media hora vuelve un nuevo impulso de River. El árbitro deja sin señalar un penalti evidente, y del córner posterior Pavone chuta topándose con Olave. Y de ese balón rechazado sale un centro con el que Díaz roza de cabeza el gol. Pavone no deja de hacer acto de presencia y en la banda derecha se asoma Affranchino. Belgrano se ve obligado a aguantar agrupado con Ribair de vigía defensivo. El ataque de los de Córdoba queda reservado a las contras y las opciones nacen de jugadas a balón parado. Ambos equipos se visten como resistentes. Gana River, quien se revela al descenso. Aguanta Belgrano, quien se revela al despertar del sueño.

Comienza una cuenta atrás de 45 minutos con el inicio de la segunda mitad. La estrechez del tiempo lleva a River a olvidarse de tácticas y dibujos, aspectos apartados por la ansiedad del gol. Las contras rivales son un riesgo inevitable y Pereyra está a punto de marcar de vaselina. En un ejercicio de defensa-ataque, Ribair se agiganta y River se aturulla. Descomunal el aguerrido uruguayo, sin aflojar. Y en otra contra el disparate enreda a dos defensores de River, despeje de uno que rebota en el otro, y Farré bate por bajo a Carrizo. La respiración queda entrecortada y el sudor se enfría.

Pero queda tiempo, y el defensa forastero Tavio suelta un empujón no señalado. Tentando a la suerte comete otro que sí es castigado. Pavone lo tiene y él lo pierde. Olave para, como ha parado en toda una Promoción notable. 110 años. El peso en cada pierna y cada cántico local. Ya no quedan sistemas, indicaciones. Nada. Y sin nada, queda la fe. Insuficiente esta vez.

Llegados casi a los 45 minutos del segundo tiempo, unos violentos deciden convertir el dolor deportivo en herida carnal. El partido de suspende y con efecto inmediato se da por concluido con tres minutos aún pendientes. Un final a contrapié, como lo ha sido este River con seis torneos decepcionantes que lo hunde en la B Nacional. Un rebote, un penalti. Detalles que marcan pero disipan espejismos en el estado del enfermo. No queda más, las lagrimas están solas. Por el descenso y por los heridos.

Bajó Club Atlético River Plate. Desde hoy de plata, y siempre grande.

viernes, 20 de mayo de 2011

Motherwell, la ilusión del modesto

La Final de la Copa escocesa es esperada por Motherwell. Club y ciudad. Claro, en grandes citas siempre sucede esto, la comunidad y el club que la representa mano a mano. La Glasgow católica también suspirará por su Celtic, más si cabe cuando el Rangers ya se ha llevado la Scottish Premier. Pero aún así, ellos adoptan el éxito como parte natural de su experiencia. Para el Motherwell no. Aunque campeones de la Copa de la Liga 2004/05, logro no excesivamente lejano, su papel es no figurar en los cuadros de honor. Su única Premier llegó en 1932. Y sus Copas se enumeran sólo hasta el dos. No, no es un día normal para nadie que esté en una Final, pero menos aún para el Motherwell.

Un equipo denominado como The Steelmen, por la industria siderúrgica de la localidad, central en Escocia. Cuya última final copera data de 1991, 20 años exactos. Un día en el que el Motherwell ganó 4-3 al Dundee United. Antes había eliminado a su rival actual, el Celtic, en semifinales. Fue época de éxito, con un subcampeonato y un tercer lugar en la Premier.

El equipo grande ve el duelo como una necesidad. Se alimenta de títulos. El modesto, como una oportunidad. Una ilusión. También con responsabilidad, por qué no decirlo. La de aprovechar un momento que resulta un auténtico acontecimiento para el club, y una vivencia irrepetible, quizá, para muchos jugadores o aficionados. Dejar sus nombres suspendidos en la memoria de una hinchada, de una sociedad. Eso es lo que se respira, poco que perder y mucho que ganar. Irreprochables los jugadores en su camino a la final, eternos si además la ganan. Stuart McCall, entrenador, y Mourice Ross, lateral del equipo, tienen una gran dosis de experiencia con la que aleccionar a los principiantes. Ambos campeones en su momento de la Cup escocesa. Ambos en las filas del Rangers, además.

Los jugadores saben que puede ser su día más trascendente en el deporte que aman. Que entre el esfuerzo y el anonimato entran mañana en el reconocimiento y la popularidad. El testigo libre del legendario Dougie Arnott, que un día de abril de 1991 llevó a su equipo a golear al Celtic para luego levantar la Segunda del Motherwell.

viernes, 6 de mayo de 2011

Ramsey, ayer, hoy y mañana

En estos días, capitaliza la atención en el Arsenal la figura de Aaron Ramsey. Muchos comentarios están relacionados con él, por logros y coincidencias. El gol ante el United, encargándose del papel de un Fàbregas lesionado fue el comienzo. Ahora, el calendario ofrece de inmediato (este mismo domingo) el regreso del galés al Britannia Stadium. Frente al Stoke, en el reencuentro con Shawcross, quien le produjo en una descontrolada entrada una doble rotura en su pierna derecha. Una dolorosa lesión para cualquiera, comprometedora también en un joven en pleno proceso de maduración y aprendizaje.

El susto, impacto y preocupación quedan atrás, y en el mismo escenario ahora habrá confianza, ilusión y tranquilidad. La que ofrece Ramsey tras recuperarse. Recuperando el tiempo perdido, dejando tan desagradable lance en un mal recuerdo. Si eso, en una experiencia de la que volver más fuerte. Tras ese 10 de febrero de 2010 se sucediron los meses, ocho para volver a entrenarse y nueve para volver a jugar. El Forest, en esta temporada 2010-11, resultó el lugar elegido para la rehabilitación, en The Championship. Ya en este 2011 regresó al Arsenal con un breve servicio intermedio a su club de siempre, el Cardiff. Un año después del impacto, tocaba volver al punto de partida, pero él fue más lejos. Agarró la capitanía de Gales, siendo el más joven de siempre en conseguirlo. Y el pasado domingo firmó una actuación decisiva ante el United. Sin la Premier como opción real, la victoria fue al menos un refuerzo moral para el equipo, igual que lo fue el gol para el mismo Ramsey.

Ante el posible futuro de un Arsenal sin Fàbregas, su nombre emerge con extrema naturalidad para sustituirle, para resultar el nuevo guía gunner con la inestimable sociedad de Wilshere. Todo eso tiene por delante joven Aaron, una carrera y un liderazgo que brindar. Lo más inmediato es Stoke. Un tunel que esperaba a su salida una brillante luz. A un jugador fortalecido y preparado. Una promesa que fue y que es, y una estrella que pretenderá confirmarse. Un desarrollo interrumpido un año, felizmente un jugador intacto futbolísticamente.

viernes, 15 de abril de 2011

Londres, encuentro de aspiraciones

Londres, ciudad futbolera por excelencia, con una oferta constante de encuentros y pasiones. Una diversidad que configura una rica ruta turística donde los estadios son los particulares monumentos. Cabe el apunte de una peculiaridad ya sabida para revalorizar en su adecuada medida la feliz reunión en este fin de semana. El acogedor Londres es testigo directo del camino al éxito, de los penúltimos pasos hacia los campeones del país.

Wembley abre sus puertas en primer lugar, este sábado. Lo hace para una semifinal sensacional, el derby entre Manchester United y Manchester City. La carga emotiva de una rivalidad vecinal envuelve ya lo suficientemente bien el partido, pero debajo del aspecto rebrota concretas fuentes de interés. Los macunianos llegan seguros, precisos y solventes. Atributos que abandera el eterno Giggs, protagonista en los últimos días, valor seguro siempre. El deseo es el triplete, con el liderato liguero y las semifinales de Champions. Frente a ellos, unos citizens de figura mastodóntica, no por su presencia, sino más bien por su paso pesado y carente de agilidad. Con la ausencia del sobresaliente Tévez, la Copa queda como su última oportunidad de tocar metal en un equipo, un proyecto, lleno de estrellas pero carente de una luz que les guíe.

El domingo cambiamos trofeo y estadio. Pero no importancia, tampoco lugar. Es el interminable Londres. Allí comparecerá un Arsenal en estado de necesidad. La de ganar, e incluso, como paso previo, la de verse capaces de ganar. Se marchó la Carling y se acabó la Champions. También la Cup frente a un alternativo United. Queda la Premier y ser fiable y ganar es irrenunciable. Empezando por el Liverpool, rival que se asoma al Emirates. Los puestos Champions quedan lejos, y el segundo escalón europeo es el objetivo, tan insuficiente para esta entidad como logro mínimo obligado. La alargada figura de Carroll también dibuja un gigante que ya derrotó a los gunners cuando sobrevolaba los goles como urraca.

Esa tarde de domingo en Londres. Con interrogantes ya resueltos, con otros nuevos formulándose. La rueda del fútbol no para. Ningún título habrá sido entregado, pero la ciudad habrá sido observador atento a parte de su resolución. La Final de Copa clarificada, tal vez los números y esperanzas en la cabeza de la Premier matizados. En la ciudad del fútbol, las esperanzas relucen y los trofeos brillan.

martes, 12 de abril de 2011

Tendencias en Bruselas y Lieja

La comparativa nos lleva a Bélgica. A un contraste significativo, la verdad. Sorprendente. Cuando se han dado los primeros pasos en los play-offs por el título resulta adecuado observar a los dos dominadores del fútbol belga en los últimos 5 años, el Anderlecht y el Stantard. Los primeros con 3 de las últimas Ligas (2006, 2007 y 2010) y los segundos con las otras dos (2008 y 2009). Ambos compiten por la Jupiler Pro League 2011 pero bajo dinámicas opuestas. Y, qué bonito resultan las casualidades, cómo enriquecen el relato, unas dinámicas cuya aparación puede situarse el 23 de enero, cuando precisamente Anderlecht y Standard se enfrentaron con victoria 2-0 para los bruselenses.

El Anderlecht ganó ese día, jornada 23, y se asentaba en el liderato de la tabla. Era primero con cinco puntos de ventaja sobre el segundo, el Racing Genk. Mientras, el Standard caía al octavo puesto preso de su irregularidad. La semana siguiente el Standard ganó en casa y el Anderlecht empató fuera, y casi de modo sincronizado sus trayectorias cambiaron, se cruzaron y se alejaron. Los datos son tajantes. Tras ese día, esa jornada de finales de enero, el Standard renació y de 14 partidos jugados ha ganado 10, empatado 1 y perdido 3. Además, remontó en las semifinales de Copa y alcanzó la Final. Por contra, el Anderlecht ha jugado 11 partidos, sólo ganó tres, empató otros tres y perdió hasta en cinco ocasiones. Y entremedias, cayó eliminado por el Ajax en la Europa League.

Un estado deportivo que recae en lo anímico. Y viceversa, claro. Se trata de una retroalimentación. Mientras el Standard se muestra crecido, confiado, atrevido, el Anderlecht viene mostrándose timorato, desorientado, vulnerable. En Lieja surgen hombres para la causa, como la reciente y protagonista aparición de Nong para acompañar a Tchité. En Bruselas han perdido a Boussoufa, estrella del campeonato y desde marzo en la Liga rusa. El cambio de inercia se representó con nitidez en la primera jornada de los play-offs, cuando el Standard ganó 1-3 al Anderlecht. D'Onofrio vive feliz, con el equipo esperanzado con un doblete. Ariel Jacobs ya siente la presión de ver el derrumbe que vive su equipo. La clasificación llamaría a la prudencia. El Anderlecht, a dos puntos del líder Genk, sigue por delante del Standard. Pero la tendencia, por prolongada, amenaza a unos e ilusiona a otros. Contrastes.

martes, 1 de marzo de 2011

La superioridad trabajada

Su triunfo antes del partido se asomaba como sorpresa, pero durante su desarrollo el Birmingham fue acumulando numerosos méritos para ganar al final el título de Carling Cup. La imagen que quedará como referencia al partido será el error tragicómico entre Koscielny y Szczesny que supuso el gol definitivo, pero tras la anécdota hubo más. Bastante más. Hubo un equipo que exprimió sus virtudes y rebajó las del rival. Un planteamiento perfectamente ejecutado por el Birmingham y ampliamente sufrido por el Arsenal. Veámoslo, comenzando por recordar la alineación de Alex McLeash:


El once ya insinúa la idea buscada. Un medio del campo concurrido, con cinco jugadores para congestionar la zona de creación del Arsenal, y una referencia destacada en Zigic. A partir de aquí, pasamos de la teoría a la práctica, mucho más estimulante. Vemos a un equipo, el Birmingham, con las líneas juntas, concentradas entre el mediocampo y la frontal de su área. Destacado detalle éste, procurando no recular nunca en exceso. Pero no sólo el equipo realizó ese posicionamiento, sino que además lo acompañó de una presión constante y grupal. Unas marcas que recaían sobre el jugador del Arsenal que tenía el balón y también hacía los que podían ser posibles receptores. Fue un partido bastante incómodo para los interiores del Arsenal. A Rosicky, Nasri o Wilshere les fueron reducidos ampliamente los espacios, incomodándoles y propiciando un Arsenal menos fluido, más atascado. En ese trabajo de todo el equipo del Birmingham, los extremos ayudaban a los laterales. Capítulo aparte merecen los interiores Gardner y, sobre todo, Bowyer, formidables en su desgaste ofensivo y defensivo.

Posicionamiento completo del Birmingham

Líneas juntas por delante de la frontal

Presión sobre la creación del Arsenal

Dos aspectos a comentar también son los siguientes. Primero, los despliegues rápidos del Birmingham en la transición ataque defensa. Esa concentración y solidaridad impedía que el Arsenal sacara provecho del contragolpe. Sin posibilidad de un toque fluido ni desbordes por velocidad los londinenses eran muy bien controlados. El segundo punto es la sobresalente labor del central Johnson. Impecable en defensa, dio una lección de anticipación durante todo el partido. Esa misma característica le hizo en ocasiones salir a mediocampo para la presión y la marca, con lo que los espacios para el Arsenal eran reducidos aún más. Además, fue Johnson quien cabeceó en primer lugar en el 0-1 de Zigic. El lateral Carr, decidido en ataque y persistente en defensa, abandonaba alguna vez la banda para meterse al centro y mantener el marcaje al rival. Esto no creaba desequilibrios gracias a esa solidaridad del equipo: Larsson, extremo de esa banda, se ocupaba de que no hubieran costuras que favorecieran al rival.

Repliegues defensivos, sin perder la concentración

Anticipaciones de Johnson, incluso hasta mediocampo

Pero no todo fue ejercicio defensivo, y esas cualidades se explotaron para el ataque. Si los repliegues defensivos fueron veloces, también lo fueron los despliegues. Pocos toques, paredes y jugadores que se mueven y se desmarcan dando dinamismo a sus acciones. Además, fue también reiterado el balón largo de Foster hacía Zigic como punto de partida de los ataques. En un partido sensacional, el delantero ganó casi todos los balones, los bajó y los jugó acertadamente a los compañeros que venía de cara. Una variante de playmaker que repartía tanto de cabeza como con los pies asistencias a Gardner y Bowyer, quienes entraban desde segunda línea.

Atrevimiento y personalidad hasta el final

Dos de los cambios del Birmingham merecen también atención. El primero fue a los 50 minutos, cuando se retiró Gardner por el chileno Beausejour. Un movimiento para refrescar el equipo y afrontar con las mejores condiciones físicas el tramo final, además de las aportaciones ofensivas que Beausejur es capaz de ofrecer. El otro cambio fue en el minuto 83, con todavía 1-1. En lugar de conformarse en el empate y la prórroga, se marchó Fahey por Martins, acentuando el talante ofensivo manteniendo, eso sí, el rigor en la defensa. Se pasó del 4-5-1 inicial a un 4-2-3-1 que podía variar también a un 4-1-3-2 cuando Bowyer se aproximaba al área gunner. Sólo hubo un momento de dificultad. Entre los minutos 74 y 80 el Arsenal consiguió desbordar al Birmingham, con múltiples y peligrosos ataques. Fue en esos 6 minutos cuando Foster cimentó su protagonismo en la Final.

Se trató de un partido espléndido del Birmingham de Alex McLeish, superando su inferioridad técnica con rigor, esfuerzo, concentración y solidaridad. Mostrándose sólido en defensa y amenazante en ataque. Un justo premio, la Carling Cup, para una destacada labor.

lunes, 28 de febrero de 2011

Las mentiras sobre Wenger

No es nueva la corriente de opinión que tiende a cuestionar la labor de Arsene Wenger como técnico. Muchos, incluso diría que demasiados, usan definiciones como "sobrevalorado", "mucho ruido y pocas nueces", "perdedor" o "la mentira de Wenger". Unas valoraciones que se repiten y se amplifican tras la derrota ayer en la final de la Carling Cup ante el modesto Birmingham. Se mantiene así una sequía de títulos que dura ya 5 años y medio. Para aficionados y simpatizantes 'gooners' lo de ayer supuso una decepción y un motivo de frustración. Frustración que va a más ante esas palabras de descrédito hacia el manager francés.

Y es que, no sabría decir porqué, hay un fenómeno muy remarcado cuando se habla del Arsenal de Wenger: la memoria selectiva. De modo constante, se habla de su incapacidad de consechar títulos, de su trayectoria "perdedora". Algo sólo cierto, y con un contexto que condiciona, en los últimos cinco años. Pero resulta que Wenger llegó a Highbury en 1996. Su historial gunner se extiende hasta 15 años, los 10 primeros lleno de méritos. Ese 66% del tiempo, esas 2/3 de su labor que se ignoran creando un perfil falaz, interesado y prejuicioso.

Esto es lo que Wenger ha conseguido en el Arsenal:

1. Cambiar su fisonomía, dejando en la lejanía un pasado de Boring boring Arsenal. Convertir al equipo en un ejemplo de velocidad y técnica, de gran atractivo no sólo para el aficionado propio, sino para el neutral.
2. Dirigir a grandes jugadores cuya mejor versión fue disfrutada con el francés al mando. Henry, Vieira, Ljunberg, Pirès, Bergkamp, Touré, Gilberto Silva, Edu o Anelka son ejemplos de ello.
3. Desde su llegada al club en 1996 el Arsenal fue el único en plantarle cara al United de Ferguson, con un Chelsea pre-Abramovich y pre-Mourinho y un Liverpool acumulando años de sequía liguera. Así pues, si en el punto 1 se habla de un fútbol atractivo aquí tenemos un equipo competitivo y también ganador.
4. Antes de Wenger, el Arsenal había obtenido un único doblete en su historia, el de la 70-71. Con él ganó 2.
5. El Arsenal de Wenger ganó una Premier invicto (2003-04), alargando esa racha de imbatibilidad a 49 partidos ligueros.
6. Con Wenger el Arsenal llegó a su primera final de Copa de Europa/Champions League de su historia, en París en 2006 ante el Barcelona.
7. El último lustro (2005-2010) ha sido una etapa más difícil. No sólo debía hacerse frente a un final de ciclo sino que en el intento de abrir otro se contó con inconvenientes, debido a la inversión económica en el nuevo estadio, el Emirates. La apuesta tan remarcada por los jóvenes no es simple romanticismo, tiene también su dosis de necesidad. Y a pesar de ese condicionante el Arsenal siempre ha cumplido con el objetivo de estar cada año en Champions League, cosa que otros grandes como Milan, Bayern de Múnich o Liverpool no pueden decir.

Pero, a pesar de todo ello, muchos seguirán diciendo, incluso propios periodistas deportivos, que Wenger y su reputación son una mentira, que es un perdedor... Seguirán partiendo de premisas falsas que conllevan a la injusticia en el juicio. Porque, sobra decir, nos puede gustar más o menos un técnico, podemos ser más o menos críticos, pero una crítica superficial a partir de premisas incompletas debe ser puesta en contraste ante los hechos. Esos que se tienden a ignorar.

Wenger es ese técnico que lleva 5 temporadas sin alcanzar un título con su equipo. Pero también el que se relata en los anteriores siete puntos. El que, a inicios de mayo de 2002, ganó una Premier al United en su propio estadio al vencer 0-1 en Old Trafford, completando un doblete tras la conquista previa de la FA Cup ante el Chelsea. Ese Wenger que se omite para rendirle no sé qué cuentas pendientes. Ese técnico cuyo paso no es perfecto, pero sí notable.

martes, 8 de febrero de 2011

Cuatro naciones y una Copa

Woodcock igualaba en el 36 el gol inicial de McGhee, que había marcado en el 13. Escocia e Inglaterra opositaban a ganar la Home Championship y la victoria para ambas era imprescindible. Era la última jornada. Y el empate a uno final implicó una derrota para ambas y una victoria para Irlanda del Norte, campeona gracias a una diferencia de goles de un único tanto. Así, con una Copa otorgada al milímetro y Woodcock como último protagonista se ponía fin en 1984 a una competición que se remontaba hasta cien años atrás. La Home Championship era engullida por un calendario que se congestionaba, ajeno a esa tradicional fiesta del fútbol británico.

Todo ello son recuerdos que reaparecen, que se prestan a dar la bienvenida al regreso de una competición remozada para darle continuidad. La Carling Nations Cup se pone en juego hoy martes para rescatar duelos perdidos ante rivales vecinos. El reto directo para demostrar quién es mejor. Mucho hay que agradecer a Lawrie Sánchez, quien fuera seleccionador norirlandés y que dibujó un primer boceto sugiriendo una Copa celta en 2006. Esta noche la República de Irlanda se medirá a Gales, mientras Escocia lo hará mañana ante Irlanda del Norte. Estos y todos los demás partidos en sede única, el Aviva Stadium de Dublín. Puede que los tiempos aún permitan estos romanticismos en forma de Copa vecinal, pero siempre queda alguna tasa que pagar. Se ausenta, como la omisión previa sugiere, Inglaterra. Su pertenencia a la élite conlleva su venta de imagen y prestigio. Los amistosos se cuidan según la rentabilidad. Además, se jugaría con el prestigio local. Cuatro partidos que serían cuatro arriesgadas pruebas, donde ganar se presupone y perder se prohibe. Estas son aparentemente las premisas que puede explicar su no participación. Aún así, la perspectiva para futuras ediciones está abierta para los grandes rugidos de los leones de Wembley.

Mientras, Escocia, Gales, República de Irlanda e Irlanda del Norte intentarán dar una buena nota. Cada una de ellas enfrentándose una sola vez a sus adversarios. Tres partidos por selección donde mostrar el nivel de las fuerzas británicas e irlandesa. Hoy y mañana se abrirá la primera jornada, y la segunda y tercera se resolverán en mayo. De este modo se define el sistema de competición, distinto a la idea primigenia que proponía una Celtic Cup para 2009 con un sistema de eliminatorias directas (semifinales, tercer puesto y final).

De la tradición a la renovación. De Hampden Park, testigo del ayer, al Estadio Aviva, descubridor del mañana. Antes como ahora, aun con Inglatera ausente, cuatro naciones se citan, se retan y miran a los ojos. Enemigos cercanos por una Copa que regresa.

*La Carling Nations Cup será emitida por Eurosport.

martes, 1 de febrero de 2011

Misiles de banda

Metidos en un mundo tendente a la especialización, el fútbol no es ajeno a ello. Un equipo con un objetivo común y con tareas distintas, concretas y complementarias para cada jugador. El lateral que cierra su banda y se incorpora al ataque, el central que amuralla su área, el medio que destruye, el medio que edifica, el que desborda por banda o el que desatasca por dentro, o el delantero que golea. Cada uno con un cometido, un valor que aportar al grupo. Ahora, cabe pararse y descubrir otra aportación. Saques de banda reconvertidos a dañinos centros al área.

Son especialistas en la materia. Mantienen su propio ritual, secando la pelota ya sea con su propia camiseta o con una toalla prevista para ello. El agarre de los dedos al cuero es lo primero a asegurar. Meticulosos y obsesivos, inician la carrera y sueltan con sus manos un balón que, por previsible, no deja de crear desconcierto en la defensa rival. Meteoritos que vuelan más a lo largo que a lo alto, que se presentan como punzadas que atraviesan el aire hasta herir al rival. Rory Delap es el artista más conocido en la materia, gracias a la lente multiplicadora de un campeonato como la Premier. Pero con él también rivaliza el más anónimo fuera de las Islas Greg Halford, lateral del Portsmouth. Éste, incluso, presume de sus mejores dotes para mandar más largos sus envíos.

Y esta estirpe de especialistas, ¿cómo valorarla? Puede cruzarse un pensamiento crítico al pensar que el hecho de que un jugador cuya herramienta de trabajo son los pies destaque por sus brazos no hablaría bien de sus virtudes como futblista. ¿Quién querría un portero con buen juego de pies que no consigue luego atajar los disparos que recibe? Por contra, también se puede pensar en ellos como gente capaz de explotar el privilegio de los saques de banda y optimizar al extremo la virtud que poseen. Al final, como ser un torpe o no con el balón en los pies es independiente de los resortes que se tengan en los brazos cabe juzgarles como buenos futbolistas que han sabido encontrar algo que les hace especiales. Adaptarse para sobrevivir ante otros más dotados en otras facetas. Así, ellos seguirán sacando beneficios de unas jugadas a balón parado cuya pólvora recae en unos brazos que parecen alargarse hasta el mismo gol.

viernes, 14 de enero de 2011

El estadio que no quiso despedirse

Cada gol tuvo su reparto de papeles. El público, la letra, una escueta palabra que siempre guarda amplias emociones: ¡gol! Y, la megafonía, la melodía. I will survive, cómo no. La misma que lleva años sonando no podía faltar precisamente ahora. Acompañando al coro desde la grada y reafirmando al propio estadio, el Ali Sami Yen, como rebelde a su inmediato futuro.

Tocaba despedirse, aunque el cartel no fuera el más reluciente. Partido de Copa, un martes 11 de enero, ante un tercera división, el Sekerspor. Buen equipo en su categoría, pero no dejaba de ser una batalla menor. Aún así la noche no podía resultar anodina. No era manera. Así, el Sekerspor se adelantó y mantuvo su ventaja hasta poner al límite los nervios locales. Fuera emotividades, tocaba competir, pelear, perseguir el resultado. Jugar al fútbol. Idóneo modo de despedir a un hogar. Así, a 20 minutos del final Servet Çetin dibujó una imagen inimaginable, una chilena certera para empatar. Deducimos que el atrevimiento (o temeridad) nació de la necesidad. El acierto para marcar se mantendrá entre lo intangible. A partir de ahí, otro tanto de Arda Turan y el sello final de Kazim Kazim en el 92. El penúltimo latido vino acompañado del gol, y el suspiro final de la victoria. Y todo ello, y mucho más, permaneciendo en la memoria del hincha.

Aquella que recuerda los goles de Hakan Sukur o Metin Oktay. Los años de dedicación a este club de Fatih Terim o de Korkmaz. La aportación de George Hagi, Gica Popescu, Arif Erden... Y muchos más, más o menos anónimos, más o menos influyentes. Y todos sobre ese césped, entre esas gradas. Las que se despiden sin querer decir adiós. Y que, de alguna manera, sobrevivirán.