lunes, 5 de diciembre de 2011

La Premier sin Speed: recuerdo y fútbol

No fue un fin de semana más en el fútbol británico. La Premier, en sus distintos estadios, se vio obligada al tributo. Demasiado prematuro, siempre merecido. En lugar de un silencio ruidoso las gradas se volcaron en un aplauso agradecido. Por uno de los suyos. Su alcance es global. Gary Speed dejó lo mejor de sí en esos campos. Lo que le valió estar en el equipo ideal de 1993 o ser, en la celebración de 10 años de Premier (1992-2002), el de mayor suma de partidos, 352. Luego sería el primero en alcanzar los 500 encuentros. Todos los estadios le despidieron. En Leeds, Newcastle, Blackburn, Manchester, Wigan, Wolverhampton o Londres. En Birmigham, donde Giggs inclinaba la cabeza, y en Liverpool, con el padre de Speed, Roger, recibiendo el calor de Goodison Park. La primera jornada de Premier sin uno de sus ilustres dejó el homenaje. El contexto es obligado, pero no paralizante. El fútbol continuó su curso y dejó, ya en el césped, varios nombres propios:

Phil Jones, el mediocampista. Una aparición tremenda en esta temporada. El acierto de sir Alex trayéndolo del Blackburn es indudable, y sus prestaciones ya hacen ver con buenos ojos su coste. Desde el central, empieza a asumir un papel de mediocentro, cosa que le era familiar en Ewood Park. Su versatilidad se mantiene y se confirma. Debutó con Inglaterra en octubre y ya contra España se situó en el centro del campo. Y en el United se está asentando ahí. Más adelantando, el área rival es zona de aproximación. Así, ante el Aston Villa anotó su primer gol como diablo rojo, en una llegada desde atrás en la que, con el interior y de primeras, conectó un envío de Nani. El infortunio de hace dos semanas, cuando marcó en propia meta ante el Benfica, también quedará atrás.

Yakubu saca un póquer. Un clásico de los campos ingleses, el nigeriano marcó los cuatro goles de su equipo, el Blackburn, para vencer en el duelo ante el Swansea (4-2). Y con esa cantidad hubo variedad. Dos tantos fueron de remate oportuno en el área, otro de preciso disparo a la escuadra y el último de penalti, con serenidad. Pero para Yakubu no se trata de algo inédito. En la 2003-04, con el Portsmouth, ya logró un póquer. Es su primer año en Ewood, y su entrada parece resultar ideal. En su debut, anotó dos goles que ayudaron a derrotar al Arsenal (4-3). Fue el Man of the Match.

Tim Krul, hacia la confirmación. Se debate cuál es el mejor portero de la Premier y en la reflexión salen Joe Hart y Tim Krul. El holandés, como en un test intensivo, debió ofrecer lo mejor de sí mismo ante el Chelsea, y aún así fue víctima de tres goles. Las paradas en su partido número 50 con el Newcastle fueron múltiples. A Lampard le desvió un penalti y a Sturridge le amargó en casi la totalidad del encuentro. El 0-3, con resarcimiento final del propio Sturridge, podrá dejar una estadística ingrata, que superpone tres minutos de impotencia a 89 de brillantez. Pero su crédito se consolida. Ya internacional holandés, 2011 le está lanzando.

Bale y el primer palo. Bajo esa relación vinieron dos de los tres goles con los que el Tottenham goleó al Bolton. En el córner del 1-0, el galés atacó el balón casi con la espuela izquierda y superó a Jaaskelainen. En el 3-0, peinó un balón para el remate final, prácticamente bajo palos, de Defoe. Un movimiento de doble resultado. Y mientras, un Bale que era un filo por su banda. Una maquinaria de potencia y técnica imparable. Una de las alas, junto a Lennon, de un equipo que cuando ataca vuela.

Steven Taylor, rescatador. Ganaba 0-1 el Sunderland ante el Wolves, y un penalti increíble amenazaba con cerrar el partido. Increíble por la lamentable simulación de Larsson y por la credulidad del árbitro. Pero el mismo Larsson vería detenido su disparo por el bueno de Hennessey. Entonces, llegó un giro concentrado en 26 segundos. Blocado el balón del penalti, el portero sacó en largo, controló Taylor y cedió la pelota a un compañero. El delantero corrió y al instante ya esperaba al remate. El centro lo cabeceó a gol. Y al poco repitió: balón suelto en el área y golpeo de primeras, junto a un palo. Dos toques, sin más. Transparente gloria, no fingida, para el goleador del equipo en la 2010-11.